Es, sin duda, el talón de aquiles de este tipo de depilación. Por lo general son zonas muy expuestas al sol con un mayor riesgo de sufrir quemaduras por el láser que las zonas sin broncear, cubiertas por un pelo muy débil, extremadamente delgado y que cuenta con escasos pigmentos que favorezcan la absorción de la energía destructora del haz de luz. Por eso ofrecen pocas facilidades para su eliminación.
Una última limitación: estos láseres no son efectivos en el brazo más arriba de siete u ocho centímetros por encima del codo por el tipo de vello que lo recubre. El sistema que consiguen resultados de calidad y mayor duración es una vez más el Alexandrita.
El resultado dependerá del diámetro del cabello y la intensidad del color de la piel.